Hasta ahora pensabas que tener un niño solo costaba cinco minutos afortunados. Mal, grave error. Tener un bebé en nuestra cultura occidental es una de las cosas más caras que existen. En los meses previos al nacimiento de la criatura irás comprobando que los niños, además de necesitar mucho amor y afecto, precisan de todo un arsenal de cacharros, ropajes y abalorios como si fueran astronautas de la NASA en una misión a Marte. Hay que manejar bien esta situación por dos razones: el efímero uso que tienen los artículos de bebé y su elevado precio en la mayoría de los casos. Lo primero igual te importa menos pero con lo segundo tú, que eres más agarrado que Mister Scruch, vas a poner el grito en el cielo más de una vez. Que esa faldita tan mona se la puso solo un día la niña tu ni te vas a enterar, pero que la faldita costó 40 eurazos vas a tardar años en olvidarlo. En esto sí que tienes que ponerte al día cuanto antes, vete leyendo las revistas esas que andan por casa últimamente en las que aparece un bebé con grandes ojazos en la portada para tener una idea de a cuanto asciende la factura.
No hay que olvidar que la madre de la criatura, en último término, es una mujer. Y ya sabes como son las tías con eso de las compras: pierden todas el juicio. Si te ha tocado ir de compras con tu chica alguna vez habrás comprobado como todo lo que compran, a tu parecer, ya lo tienen en el armario. A veces incluso pueden comprar dos prendas que para tí son exáctamente iguales pero que para ellas son el día y la noche. Pues ahora inserta el programa de maternidad en una mujer y solo va a cambiar que las cosas no las compran para ellas sino para el bebé.
Entre las cosas que tienes que hacer es manejar bien y cuanto antes la frase "todo es para tu hijo, todo es para el bien de tu hijo, ¿acaso no quieres lo mejor para el niño?". El "si solo vamos a tener hijos una vez en la vida" va a empezar a estar al orden del día, pero tu tienes que pensar que los niños son para toda la vida, no solo para cuando nazcan. Si comienzas con la tontería de las compras antes de que nazca imagínate la que te espera cuando el nene tenga 15 años y se le ocurra de un día para otro empezar a ir vestido de Armani.
Vamos con algunos ejemplos. El carrito. Aunque más adelante te desvelaré el intrincado mundo de las sillas de bebé, para que vayas haciendo una idea de su precio este puede estas entre los 200 € que cuesta en el Carrefour un equipo básico hasta mas de 1.000 €. En algunos casos tardan semanas en traerte el carrito como si fuera un coche deportivo con una pintura metalizada exclusiva. Con 1.000 eurazos tu te compras un pepino de bicicleta que iban a flipar tus coleguis del grupo de BTT, y además la ibas a dar uso unos cuantos años y no unos pocos meses. Aunque te parezca mentira 1.000 € cuestan algunos carritos cuya vida util puede ser de poco mas de seis meses, momento en el que comprarás otro carrito esta vez "de paseo", ya que el otro, el caro, es un armatroste que no entra ni en el coche. Vas a comprobar que hay carritos y sillitas para todo, como si tu hijo fuera el principe de Zamunda y tuviera que ir sentado en su trono real en cada momento. Comprar una buena sillita de paseo para el nene te debe parecer bien, lo que hay que luchar es porque no cueste 1.000 €.
Otro ejemplo: la cuna. Una cuna puede llegar a costar 300 euros, y si le sumas los 100 de la de viaje pues calcula. Si escuchas a tu chica decir "la cunita debe de ir a juego con la habitación, ser cómoda, estable y que no suponga peligros para el bebé" pues entonces afloja la chequera que podemos ponernos en unos 500 pavos, todo ello para que el niño luego no pegue ojo en la cuna y duerma todas las noches en tu cama.
Hablemos de ropita. Diles a tus hermanos y amigos cuanto antes que te guarden toda la ropa de sus hijos, que te aseguro que para ser vomitada y cagada la blusa de Chanel no es del todo necesaria. A tu pareja le hará una ilusión tremenda comenzar a comprar cosas antes de nazca el bebé, y poco a poco la casa se irá llenando de todo tipo de prendas que no sabes como se llaman pero que ocupan lo suyo. Si no tienes una casa muy grande es más que posible que te toque hacer hueco en el armario, todo ello meses antes de que se produzca el parto. Una legión de arruyos, bodys, peleles, pijamas, falditas y blusas entre otras prendas irán ocupando tu casa como si fuera el 15-M en la Puerta del Sol. Además piensa que cuanta más pequeño sea el bebé menos le va a durar la ropa, los niños crecen a una velocidad vertiginosa, puedes comprarle a un bebé algo que en la tienda le queda grande y cuando llegas a casa no le vale.
Eso sin contar los pañales. Estos son absolutamente necesarios claro(bueno, tu verás), pero no por ello el gasto es menor. ¡Pero si 25 euros no son nada, coge dos cajas! pensarás unos cuantos días antes de que nazca el bebé. Si si, 25 euros no son nada una vez, pero cuando lleves meses comprando y comprando pañales la cuenta te va a salir por un pico. Y no, no es aconsejable darles la vuelta como has hecho alguna vez con los calzoncillos para volvérselos a poner al bebé.
A esto hay que sumarle sillas para el coche, mini cunas, tronas, sacaleches, esterilizador de biberones, mantas de juegos, hamacas, cambiadores, bañeritas, mochila portabebés, walki talkis con camara de alta definición y un largo etcétera que no puedes llegar a imaginar. Lo mejor sería planificarlo todo desde el principio, decidiendo que cosas son necesarias y que cosas nó (mantente fuerte frente a las presiones maternas). Lo malo es que como no tienes ni idea del mundo bebé (por ahora) las posibilidades de que termines teniendo dos cosas de todo son muy altas, y al final te darás cuenta que más de la mitad de las cosas no son realmente necesarias y que lo más importante, que es tener tiempo para disfrutar con ellos, no se puede comprar con dinero.