viernes, 16 de septiembre de 2011

Compras, compras y mas compras

Hasta ahora pensabas que tener un niño solo costaba cinco minutos afortunados. Mal, grave error. Tener un bebé en nuestra cultura occidental es una de las cosas más caras que existen. En los meses previos al nacimiento de la criatura irás comprobando que los niños, además de necesitar mucho amor y afecto, precisan de todo un arsenal de cacharros, ropajes y abalorios como si fueran astronautas de la NASA en una misión a Marte. Hay que manejar bien esta situación por dos razones:  el efímero uso que tienen los artículos de bebé y su elevado precio en la mayoría de los casos. Lo primero igual te importa menos pero con lo segundo tú, que eres más agarrado que Mister Scruch, vas a poner el grito en el cielo más de una vez. Que esa faldita tan mona se la puso solo un día la niña tu ni te vas a enterar,  pero que la faldita costó 40 eurazos vas a tardar años en olvidarlo. En esto sí que tienes que ponerte al día cuanto antes, vete leyendo las revistas esas que andan por casa últimamente en las que aparece un bebé con grandes ojazos en la portada para tener una idea de a cuanto asciende la factura.

No hay que olvidar que la madre de la criatura, en último término, es una mujer. Y ya sabes como son las tías con eso de las compras: pierden todas el juicio. Si te ha tocado ir de compras con tu chica alguna vez habrás comprobado como todo lo que compran, a tu parecer, ya lo tienen en el armario. A veces incluso pueden comprar dos prendas que para tí son exáctamente iguales pero que para ellas son el día y la noche. Pues ahora inserta el programa de maternidad en una mujer y solo va a cambiar que las cosas no las compran para ellas sino para el bebé.

Entre las cosas que tienes que hacer es manejar bien y cuanto antes la frase "todo es para tu hijo, todo es para el bien de tu hijo, ¿acaso no quieres lo mejor para el niño?".  El "si solo vamos a tener hijos una vez en la vida" va a empezar a estar al orden del día, pero tu tienes que pensar que los niños son para toda la vida, no solo para cuando nazcan. Si comienzas con la tontería de las compras antes de que nazca imagínate la que te espera cuando el nene tenga 15 años y se le ocurra de un día para otro empezar a ir vestido de Armani. 

Vamos con algunos ejemplos. El carrito. Aunque más adelante te desvelaré el intrincado mundo de las sillas de bebé, para que vayas haciendo una idea de su precio este puede estas entre los 200 € que cuesta en el Carrefour un equipo básico hasta mas de 1.000 €. En algunos casos tardan semanas en traerte el carrito como si fuera un coche deportivo con una pintura metalizada exclusiva. Con 1.000 eurazos tu te compras un pepino de bicicleta que iban a flipar tus coleguis del grupo de BTT, y además la ibas a dar uso unos cuantos años y no unos pocos meses. Aunque te parezca mentira 1.000 € cuestan algunos carritos cuya vida util puede ser de poco mas de seis meses, momento en el que comprarás otro carrito esta vez "de paseo", ya que el otro, el caro, es un armatroste que no entra ni en el coche. Vas a comprobar que hay carritos y sillitas para todo, como si tu hijo fuera el principe de Zamunda y tuviera que ir sentado en su trono real en cada momento. Comprar una buena sillita de paseo para el nene te debe parecer bien, lo que hay que luchar es porque no cueste 1.000 €.

Otro ejemplo: la cuna. Una cuna puede llegar a costar 300 euros, y si le sumas los 100 de la de viaje pues calcula. Si escuchas a tu chica decir "la cunita debe de ir a juego con la habitación, ser cómoda, estable y que no suponga peligros para el bebé" pues entonces afloja la chequera que podemos ponernos en unos 500 pavos, todo ello para que el niño luego no pegue ojo en la cuna y duerma todas las noches en tu cama.

Hablemos de ropita. Diles a tus hermanos y amigos cuanto antes que te guarden toda la ropa de sus hijos, que te aseguro que para ser vomitada y cagada la blusa de Chanel no es del todo necesaria. A tu pareja le hará una ilusión tremenda comenzar a comprar cosas antes de nazca el bebé, y poco a poco la casa se irá llenando de todo tipo de prendas que no sabes como se llaman pero que ocupan lo suyo. Si no tienes una casa muy grande es más que posible que te toque hacer hueco en el armario, todo ello meses antes de que se produzca el parto. Una legión de arruyos, bodys, peleles, pijamas, falditas y blusas entre otras prendas irán ocupando tu casa como si fuera el 15-M en la Puerta del Sol. Además piensa que cuanta más pequeño sea el bebé menos le va a durar la ropa, los niños crecen a una velocidad vertiginosa, puedes comprarle a un bebé algo que en la tienda le queda grande y cuando llegas a casa no le vale.

Eso sin contar los pañales. Estos son absolutamente necesarios claro(bueno, tu verás), pero no por ello el gasto es menor. ¡Pero si 25 euros no son nada, coge dos cajas! pensarás unos cuantos días antes de que nazca el bebé. Si si, 25 euros no son nada una vez, pero cuando lleves meses comprando y comprando pañales la cuenta te va a salir por un pico. Y no, no es aconsejable darles la vuelta como has hecho alguna vez con los calzoncillos para volvérselos a poner al bebé.

A esto hay que sumarle sillas para el coche, mini cunas, tronas, sacaleches, esterilizador de biberones, mantas de juegos, hamacas, cambiadores, bañeritas, mochila portabebés, walki talkis con camara de alta definición y un largo etcétera que no puedes llegar a imaginar. Lo mejor sería planificarlo todo desde el principio, decidiendo que cosas son necesarias y que cosas nó (mantente fuerte frente a las presiones maternas). Lo malo es que como no tienes ni idea del mundo bebé (por ahora) las posibilidades de que termines teniendo dos cosas de todo son muy altas, y al final te darás cuenta que más de la mitad de las cosas no son realmente necesarias y que lo más importante, que es tener tiempo para disfrutar con ellos, no se puede comprar con dinero.

Pataditas

Pasan las semanas y comienzas a ser cada día mas consciente de que algo va ocurrir. No es necesario ver volar bajo a los grajos para darse cuenta, ni leer las vísceras de un cordero. Tampoco hace falta ser un lince.  La imagen de tu chica una mañana de sábado entrando en la ducha se te ha quedado grabada a fuego en la memoria. ¡Vaya bombo!  Con o sin ganancia de peso, a partir de la semana 20 o 22 el embarazo es mas que evidente en tu pareja. En este momento se producen tres hechos altamente relevantes: desaparición de nauseas y los mareos (por fin), aumento del abdomen y el comienzo las patadas.

Al finalizar el primer trimestre suelen desaparecer las ganas de vomitar. Por fin puedes comprar filetes de los caros sin miedo a que terminen en el water directamente. Al finalizar este agotador periodo para tu chica comprobarás que, una vez que descanse un par de noches, la encontraras especialmente atractiva. El nivel de hormonas que llenan su cuerpo están a la altura de las que llenan el tuyo, que después de meses a pan y agua tienes un atasco hormonil importante y unas ganas de marcha que no puedes con ellas. Veras que le salen pequitas, que su piel reluce, que su pelo brilla intensamente, que se peina de forma coqueta, que la ropa le queda algo más ajustada en zonas donde siempre quisiste que le apretara mas. Las curvas rodean todo su cuerpo, y tu estás que no te lo crees.

A la mejora generalizada se le une la aparición de la tripita. Por fin, tras casi cinco meses, es evidente que estáis embarazados. ¡Que vea todo el mundo la que he liado! Ahora si que os mira el personal, incluso los pocos a los que no les contaste que ibas a tener un bebe se sorprenderán con el tamaño que va adquiriendo vuestro proyecto común.

Empezarás a ver a tu chica hablando con el bombo cada día. En la cocina, en el baño, en cualquier lugar vas a encontrarla cantando, hablando y contándole cosas a la tripita. No te asustes. No te has ido a vivir con Belen Rueda en el Horfanato, y no pienses que ha perdido el juicio porque hable sola con las paredes. Y por supuesto, no te rías. Para ella es fundamental que la apoyes en este momento y que participes de las largas charlas que mantiene con el bebé. De hecho, está demostrado que los bebés al nacer reconocen la voz de su padre, así que comienza a contarle cosas y disfruta de este momentazo irrepetible.

Y finalmente llegará el momento más esperado de todo embarazo. ¡Las pataditas! Cualquier día la encontrarás sentada en el sofá, acariciando su barriguita (ejem...), y te dirá que te sientes a su lado a sentir las pataditas. Posarás tu mano en su tripa de forma solemne como si tuvieras poderes y le diras al bombo "hola, cariño, aquí está papá..." Silencio. "Hola, mi amor, papá ha llegado del trabajo..." No pasa nada de nada. Insistirás en quedaros alli hasta que el bebe vuelva a dar una patadita, pero tu chica te hará desistir con un "Bueno, cari, no pasa nada, seguro que luego se mueve más, vamos a cenar". Después de la cena intentarás de nuevo comprobar lo Ronaldo que ha salido tu hijo, pero casi seguro que no habrá suerte.

En los días siguientes irás recibiendo el informe diario de tu pareja sobre lo mucho que se ha movido el nene en el trabajo, que con sus padres no paró de dar patadas, que en clase de yoga todos le han puesto la mano encima a tu mujer y que hasta el autobusero ha podido darse cuenta de lo fuerte que va a ser. ¡Pum, pum! Todo el mundo menos tú notará durante todos esos días lo mucho que se mueve, y cada vez que pongas la mano en el bombo no notarás nada de nada. Tu cabreo, como es normal, irá en aumento, y     se te ocurrirá la feliz idea de ir a todos los sitios con la mano sobre la tripa. Llegará un momento en el que tu pareja no podrá soportar llevar tu mano pegada al cuerpo y te pondrá en tu sitio. Aun así y con todo, tu por supuesto no perderás la esperanza, y seguirás día tras día posando tu mano sobre la tripa a la espera de algún mensaje del interior uterino. Nada, chico, que no hay noticias.

Y una mañana de sábado, mientras tu chica duerme pondrás tu mano en la tripa y notarás, de repente, una patadita. Y despues otra. Y otra. Y otra. Tu cara se iluminará como a un gusiluz, y te sentiras la persona mas afortunada del mundo, notando como alli dentro hay alguien que se mueve y que, a tu entender, se comunica contigo. Lo único malo es que tendrás que esperar a que tu chica se despierte, y ya sabes que en estos momentos con lo marmota que está tu pareja pueden ser un par de horas de espera o toda la mañana.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El tamaño del feto durante el embarazo




Algo que debes conocer bien es la evolución del tamaño del futuro bebé mes a mes durante el embarazo. Este dato, que vamos a transformar a objetos cotidianos que te rodean, puede servirte de comodín con tu chica y así sorprenderla de vez en cuando. Esta información debes usarla bien, no se lo sueltes un día desde el coche cuando la dejes en el trabajo una frase del tipo "luego te llamo, y por cierto el niño tiene ahora el tamaño de un melón". Tampoco la uses en público, no sea que la cagues diciendo que el niño el séptimo mes tiene el tamaño una naranja. Y por supuesto, nunca uses la expresión "pues ahora se parece a una piña", que tu chica puede interpretarlo mal y responderte que es que ha salido a tu madre.


El que seas consciente de como evolucionan las cosas allí dentro es crucial para tu futura paternidad. Aunque al final del embarazo existen evidencias físicas de que algo se avecina (en forma de gran panza), ellas sienten todo tipo de cambios desde el principio. Nosotros, nada de nada. Si no intentas tomar consciencia de que algo viene puede que te levantes un día y te lleves las manos a la cabeza gritando "pero de donde ha salido este niño". Conocer la evolución dentro de la tripita puede ayudar en algo, y si nó al menos parecerá que te estas leyendo la enciclopedia del embarazo.

Mas o menos estas son las medidas:



Con un mes, el niño es algo más pequeño que un grano de arroz. Si le hicieran una eco a tu chica no distinguirias nada de nada.





Con dos meses, el niño es como una judía pinta. Tiene protuberancias que serán brazos y piernas.





Con tres meses, el bebé tiene el tamaño de una naranja. Se aprecian brazos, piernas, cabeza, hasta tiene mini-uñas. Hasta este momento el bebe ha crecido a toda pastilla, a partir de ahora la cosa empieza a ir mas despacito.




Con cuatro meses es como un melón pequeño de esos amarillos tan dulces, o como un coco grande. Si vieras una eco verías que, efectivamente, viene el coco.









Con cinco meses tiene el tamaño de un cartón de leche, mas gordito claro. Ya tiene de todo, como el de la imagen: piernas, pies, manos, DNI, ganas de jugar. Es tan grande que es capaz de dar pataditas, y al ocupar tanto hará que tu chica tenga a esta altura un bombo importante.









Con seis meses, tiene el tamaño de una piña.







Con siete meses, tiene el tamaño de un pan de molde mediano.







Con ocho meses, tiene el tamaño de una sandía mediana (ya tirando a grandecita)








Y con nueve meses, tiene el tamaño de... ¡un bebé recien nacido!

martes, 30 de agosto de 2011

Familiaaaaa, Familiaaaaa

El siguiente escollo en el camino que desinflará un poco más tu subidón paternal es la inevitable participación de ambas familias en el negocio que tienes entre manos con tu chica. Es como en la Mafia. No podéis iniciar una operación tan importante como es reproduciros esperando que ambas "Familias" se queden al margen. Si reniegas de ellos puedes llegar a escuchar a tu padre decir con voz de Marlon Brando "has usado mi coche cuando has querido, te he dado mi dinero durante años, has dispuesto de mi casa en la playa para tus fiestecitas, y ahora, que por fin aumentas la Familia, no quieres saber nada de nosotros... Me decepcionas, Giuseppe, me decepcionas". Asume cuanto antes que no podéis dar este golpe sin contar con vuestras Familias, te guste o no. Por otra parte, en el futuro será muy adecuado tenerles ahí para que os echen una mano, así que veamos qué podemos hacer para que su papel se reduzca a lo que consideres oportuno y que la sangre no llegue al río. 

Es solo una cuestión de tiempo. Una tarde llegarás a casa y encontrarás a tu chica junto a su madre (también conocida como tu suegra) con un montón de revistas infantiles y de decoración abiertas encima de la mesa de la cocina y la escucharás decir  "pues la cuna os la va a dejar una vecina del pueblo, el carrito ya he hablado con tu hermana para que te lo deje, el azul celeste es el color que más pega en el cuarto del niño y papá está mirando qué coche tenéis que compraros, que el deportivo tan macarrilla ese no es un coche para llevar a los niños". Tras quedarte absolutamente paralizado durante unos segundos, comenzarás a sentir que un temblor recorre todo tu cuerpo mientras notas que la temperatura aumenta unos 10.000 grados, tu sangre hierve por las venas y tu cabeza está a punto de reventar en mil pedazos. ¡Krakatoa!

Aunque vayas a explotar como un volcán (¿que mi cochazo es macarrilla y que no vale para llevar a los niños?) es absolutamente imprescindible que respires al menos 100 veces, relajes todos tus músculos, tus esfínteres y cartílagos, y entres en la estancia con una sonrisa de oreja a oreja al grito de "¡Carmina, pero qué agradable sorpresa y qué alegría verte por casa!". Suéltale dos besazos y siéntate con ellas a combatir, a tumba abierta y hasta el amanecer, todas y cada una de sus propuestas sin perder la sonrisa. Piensa que estas situaciones son más difíciles que las negociaciones de paz en Oriente Medio. Y las repercusiones, si no te mantienes en la línea mas diplomática estilo Naciones Unidas, pueden ser nefastas para la relación con tu pareja (¿pero cómo le dijiste eso a mi madre?) aunque tengas toda la razón del mundo. Mucha mano izquierda, pero mucha-mucha-mucha

De todas formas, el peor problema no es que una familia empiece a interferir (sobre todo si es la suya), sino que lo hagan las dos. Aquí hay dos posibilidades. Puede que se entiendan a la primera y entonces tenéis el problema por duplicado por la sinergia de sus presiones. Esto suele ocurrir si os habéis casado y las familias ya se conocen. Seguro que al final de la ceremonia las suegras se dieron un efusivo abrazo diciendo "ahora a esperar que tengan un niño y les arreglamos la vida". Pero si habéis vivido en pecado los últimos años hay muchas probabilidades de que os convirtáis en unos Romeo y Julieta y tengáis vuestro Montescos contra Capuletos particular . En este caso tocará dar mil explicaciones del tipo que al final la sillita del coche os la van a comprar los papás de tu chica, que la cuna de tu tía Berta que ha traído desde Galicia no va a hacer falta ya que se ha adelantado un cuñado de la otra familia, y que no salgáis todos corriendo a comprar el calienta biberones que es lo único que os falta. Puede que lleguéis a estar asustados por la escalada de tensión entre ambas "Familias", por lo que lo mejor es una reunión de clanes donde anunciéis a todos el nombre del niño (no mamá, no se va a llamar como el bisabuelo) y que sirva para sellar una tregua.

La verdad en todo esto es que a tí, en el fondo, te importa un pimiento que la cuna te la regalen o la encuentres en la basura, el color que vaya a tener la habitación del niño (siempre y cuando no te toque pintarla a tí) y cosas así. Bueno, lo de que tu coche es de macarrillas te ha llegado al alma (aunque algo te dice que igual para llevar al niño no es el más adecuado). Lo que a tí te importa es la intromisión de esa señora que antes de que nazca el niño ya te está arreglando la vida. Tú, que eres capaz de estar horas y horas dando vueltas con el coche antes que preguntar a alguien por una dirección. Tú, que montas los muebles del Ikea sin leer las instrucciones. Tú, que de hecho jamás has leído unas instrucciones.  "Grrrrrrrrrrr....." gruñes. Calma, Toby, calma. ¡Sit! ¡Plas! Entrar en una batalla con su familia es lo peor que puedes hacer, aunque te lleguen a tocar las pelotas hasta límites insospechados. Recuerda que cuando sus padres no consigan a la primera lo que consideran "adecuado", mandarán una legión de sicarios en forma de hermanos y hermanas de tu pareja que intentarán haceros entrar en razón. A todos hay que tratarles por igual: con firmeza, una sonrisa e intentando que no se salgan con la suya más que lo necesario.

Además ten en cuenta que tu chica poco a poco se acercará de nuevo a su familia según avance el embarazo, con lo que puedes quedarte más solo que la una y esto termine convirtiéndose en tu guerra particular.   Por una extraña razón (para nosotros) las mujeres regresan al seno familiar cuando se acerca el deseado momento del parto. Esto se debe a que, aunque somos sus aliados en esta aventura, algo en su interior les dice que a la hora de la verdad, se puede confiar más en su madre que en nosotros. ¿Por qué será? ¿Será porque sus madres no tienen pandilla de amigos? ¿Será porque no juegan a futbol 7 todos los jueves? ¿Será porque sus madres no tienen también "sus necesidades"? ¿O será, simplemente, porque sus madres no son hombres?.

domingo, 28 de agosto de 2011

Los agoreros

Llevas unos cuantos días propagando la noticia de tu paternidad y hasta ahora todo han sido abrazos y aplausos. Te levantas cada mañana (mientras tu chica sigue durmiendo y durmiendo) con la sensación de estar levitando en la habitación. Sin tocar el suelo llegas al baño, te miras al espejo y solo ves a un futuro y prometedor papá. Tu imaginación no puede evitar volar y ya te imaginas paseando por el parque a una preciosa muñequita vestida de princesa, rodeado de atractivas mamás que cuchichean por lo bajo en los columpios "mira qué padrazo viene por ahí, qué bien mueve el carrito, y la niña, ¡qué guapa!, ¡ha salido a ese padre buenorro que tiene!". Una ligera sonrisa te acompaña cada día, cada hora, en todo lo que haces. Te sientes preparado para aceptar sin problema toda la responsabilidad de ser papáesto no va a ser para tanto!, piensas). Por ahora lo único malo es que tus compis de fútbol 7 ya no te llaman por tu nombre sino "papi chulo", e incluso han amenazado con ponerte ese nombre el año que viene en la camiseta.

Toda esta tremenda felicidad se verá pronto perturbada por la inevitable aparición de una legión de agoreros. Un agorero es un varón de mediana edad, con hijos, que normalmente no forma parte de la primera línea de personas que conoces y con quien no has hablado nunca de niños ni de la paternidad. Si es todo lo anterior pero no tiene niños no puede considerarse un agorero, sino un tocapelotas.

Están en todas partes. Puede ser un compañero del trabajo, algún vecino de tu comunidad que te encuentras habitualmente en el ascensor, tu cuñado el que se casó con la hermana mayor de tu chica o el portero que juega con vosotros al fútbol que es algo mayor que los demás y el único del equipo que tiene hijos. Este tipo de personaje suele esperar a que todo el mundo te felicite cuando das la noticia para soltar su mensaje demoledor sin llegar a felicitarte: "no sabes la que se te viene encima". Entre sus frases favoritas están "aprovecha ahora (si puedes) que no vas a pegar ojo en los próximos diez años", "pues si ahora debes estar a dos velas (con tu chica, se entiende) espérate a que nazca el niño" o "mi hijo nació llorando y lleva tres años sin parar". Solo les falta soltar "mis más sinceras condolencias"

Cuando lo oyes una vez ni te enteras, entra y sale de tu cabeza empujado por las mamás del parque, pero poco a poco empiezas a ser consciente de que esas frases te las están repitiendo una y otra vez, en todos los sitios, y claro, tú no puedes estar más en desacuerdo con el mensaje que portan. Como eres un futuro padre primerizo, cometerás el error de intentar defender la honesta figura del padre que hace frente a todos los males, llegando a poner en duda que un recién nacido pueda alcanzar los decibelios de una ambulancia al llorar, que pueda estar llorando sin parar por no sé qué colirios o cólicos durante meses, que tu chica y tú no tengáis tiempo para vosotros cuando nazca el niño y cosas así. Mal. Grave error.

Los agoreros tienen preparada su intervención como si fueran fiscales del Tribunal Supremo, y aportarán pruebas, grabaciones, fotos y toda clase de cosas que atestiguan lo que dicen. Desmontarán tu tesis del padre que puede con todo, y al final te irás a casa con una mezcla de cabreo y preocupación a partes iguales. Que su hijo era capaz de vomitar tres veces todas las noches. Que tuvo 20 otitis en un año. Que no dejaba de llorar bajo el agua. ¿Y a mí por qué ? La respuesta es sencilla: por una parte, nunca has dicho que fueras a ser padre algún día (excepto en las últimas semanas que lo sabe media España). Además, estos mensajes los has escuchado cientos de veces, pero era como oir a un chino cantando: hasta que no te quedas embarazado, no entiendes su significado e importancia. Por otra, si cuentan su verdad nadie tendría niños, con lo que no podrían transmitir su inquietante mensaje, no podrían infectar a nadie con el virus que portan desde que ellos pasaron su via crucis familiar particular con sus hijos pequeños. Frente a los agoreros lo mejor es recibir el mensaje como el que firma una multa: no te quejes y sigue tu camino, ya que si pones en duda su autoridad en la materia siempre sales peor parado.


Una variante más light del agorero es el cuentapenas. Este individuo, similar al anterior pero con bebés más mayores, te contará todos los problemas que está teniendo Pablito para empezar a andar, que no come nada que no esté bien hecho puré, o que las están pasando canutas para quitarle el pañal a su niño. Inconsciente del momento en el que te encuentras, los cuentapenas aprovechan la presencia de un futuro o recién estrenado papá para contarles su vida, el simple hecho de que tengáis en común la paternidad es suficiente para que te calienten la oreja. Si lo que te han contado los agoreros te parecía difícil de creer, las cosas de las que hablan estos señores son pura ciencia ficción. Por ejemplo, quitar el pañal. ¿Pero es que hay que quitarles el pañal? ¿No se lo quitan ellos solos a los 14 años? De este tipo de personas hay que alejarse igualmente, lo mejor es alejarse lentamente, sonriendo, pasito atrás, pasito atrás, ya que debido a su estado de concentración en desahogarse puede que no se den cuenta de que terminan hablando a las paredes.

En cualquier caso, todos estos mensajes van a terminar calando en tu persona. Llegará un día en que te levantes de la cama y notes que ya ni flotas ni nada, que tengas que ir andando hasta el baño, que en vez de a un prometedor papá veas a un tío con ojeras, ya que últimamente no pega ojo porque su chica no duerme nada bien, y en tu imaginación no habrá ninguna mamá buenorra esperándote en el parque, sino una niña llorando a todo volúmen, cagada hasta las cejas, y que ha manchado toda la ropa que lleva puesta el único día que has salido de paseo sin recambio.

sábado, 27 de agosto de 2011

Difundir la noticia (por fin)


Con los resultados de la primera eco en la mano ya puedes difundir la noticia de que vas a ser padre a los cuatro vientos. Han sido casi tres meses de espera en los que has estado a punto de morir guardando el secreto, y aunque en el trabajo, en el gimnasio, en el vestuario los jueves tras la pachanga de fútbol o en cualquier otro lado has estado a punto de irte de la lengua, al final te has portado como un auténtico campeón y no has soltado prenda. Te sangra la lengua de mordértela. La prueba más dura de tu vida. A tu chica no le ha costado nada de nada mantenerse calladita.

Ahora lo primero que debes decidir es el medio de telecomunicación que vas a usar para dar a conocer a toda la humanidad tu puntería en materia reproductiva, lo cual depende de a quién se lo vayas a contar.

A la familia, los primeros y en persona. Si tu madre ve en tu muro del facebook que vas a tener un hijo no solo te va a borrar como amigo sino que directamente te deshereda. Procura, si tienes varios hermanos, que lo sepan todos a la vez para evitar  cabrear a los que se enteren los últimos, sobre todo si se lo cuenta tu hermano el tocapelotas por teléfono con un tonillo de listillo tipo "¿ah, que no sabes que Juan y su chica están embarazados? A mi le contó... umm, no me acuerdo, pero hace ya bastante". Lo mejor es una reunión familiar tipo navidad, aunque si vas a tener el niño en octubre yo no esperaría tanto. Eso sí, si tu primer hijo es para tus padres su primer nieto, invítales a Zalacaín a cenar y suéltaselo en los postres brindando con champán. Y no es por darles una alegría inmensa y disfrutar con ellos de un momento con el que han soñado toda su vida (hijo, ¿cuándo vas a sentar la cabeza y a darnos un nieto?), sino porque dispones de abuelos en exclusiva y eso merece ser celebrado por todo lo alto. ¡Chin-chin y enhorabuena! Y por supuesto, procura que se enteren tus padres antes que los suyos, eso seguro que cabrea a tu suegra.

A su familia, también en persona. Aunque te cueste tienes que ir, que a partir de ahora y más que nunca van a arreciar las críticas a tu persona y hay que procurar minimizar daños. Suele ser un momento agradable para ella y agridulce para tí. Todo el mundo acudirá (su madre la primera) a darle un caluroso abrazo mientras que tú te quedarás solo frente a su padre y te mirará con cara de "pues vaya, al final ha sido con este... ", mientras su rictus no ocultará cierta decepción porque has sido el elegido para continuar la saga familiar. No te extrañe que el padre comente que hace unos días se encontró con Javi el exnovio de tu chica  (al que tú no aguantas) y que también iba a tener un niño. Evita, tras esta frase, mirar la cara de tu pareja, no sea que en sus ojos veas pasar algún recuerdo que le haga sonreir ligeramente y te quedes toda la tarde medio mosqueado. Fíjate bien en la cara de tu suegra y en cómo pierde el juicio al oir la noticia. Tú pensabas que estaba loca, pero no, es ahora cuando se vuelve loca de remate con la idea de tener nietos. La frágil tregua que existía entre vosotros está a punto de desmoronarse, ya lo verás pronto.

Después, los amigos. Estos son peor casi que los hermanos, así que procura que se enteren todos los que puedas a la vez. A tu familia la ves reunida de vez en cuando, pero a todos tus amigos solo los has visto juntos en el día de tu boda, si estás casado. Si no lo estás, no te va a dar tiempo a organizarla para contárselo, y si ya estás casado no es plan de casarse de nuevo. Así que no te queda más remedio que contárselo uno a uno o en grupos. Evita usar una red social para contarlo ya que a día de hoy es un medio muy frívolo para comunicar cosas así, igual en el futuro nos podemos casar con alguien en un chat pero hoy por hoy se hace raro. Un sms tampoco es lo mejor, ni una cadena de esas que usábamos antes de que hubiera móviles ya que al último le va a llegar que ya has tenido un niño y que esperas gemelos. Lo mejor es coger el teléfono y empezar a llamar, aunque no te dará tiempo a llamarles tú a todos ya que la noticia correrá como la pólvora y serán ellos los que terminarán llamándote a tí.

En el último grupo se encuentran los compañeros del trabajo, los vecinos, los compis del gimnasio y un interminable grupo de gente que no puedes imaginar. A esos según vaya saliendo y aunque recibas alguna queja por no habérselo contado antes no hagas ni caso. Al final cogerás ritmillo y se lo terminarás contando también al portero de la discoteca, al conductor de la EMT, a la chica de la cafetería donde desayunas todos los días... y la frase "pues voy a ser papá" será la que más hayas repetido en toda tu vida.

Y para tu sorpresa verás que, una vez el personal vaya recibiendo el notición, en estos días recibirás felicitaciones y pésames a partes iguales...

viernes, 26 de agosto de 2011

La primera ecografía

Llegando al final del primer trimestre toca hacer la primera de las tres ecografías que normalmente se hacen en un embarazo (una por trimestre). Aunque algunas parejas se harían ecografías todos los días (en línea de la locura de ser padre actualmente) con estas tres es suficiente. Estas ecos te las hace de forma gratuita la Seguridad Social, pero si no aguantáis más y queréis saber (sobre todo en el primer trimestre) si todo va bien podeis ir a una de las muchas clínicas privadas donde podreis salir de dudas, eso sí, previo abono de una cantidad que ronda 100 € (mas o menos) por cada uno de los embriones que encuentren. Si, has leído bien, 100 € por cada futuro bebé. Esto se debe a que no es mirar a ver que hay, ¡mira, dos fetos, ya nos podemos marchar!, sino que el medico va a tomar medidas, hacer cálculos, etc y son individuales para cada feto, por lo que si esperas más de uno sin saberlo tu alegría puede verse algo empañada al tener que pagar.

El día de la primera ecografía es muy importante acudir con tu pareja a esta cita tan esperada. Como estará nerviosa (no es para menos), necesita de tu presencia para compartir este momento, así que avisa con antelación en tu trabajo para que puedas escaparte, convence a tu jefe de la importancia de ir y dile si hace falta que estás pensando en ponerle su nombre al niño cuando nazca. Además, este momento es crucial para empezar a darte cuenta que es verdad, que vas a tener un hijo/a, y así ir cambiando el chip del modo "alegre soltero deportista sin compromisos vitales amigo de sus amigos" al de "padre" que buena falta te va a hacer.

Una ecografía realizada a finales del primer trimestre  tiene mas o menos esta pinta:


Como puedes observar no se ve absolutamente nada. El medico que os hará la ecografia es como el tío que operaba el panel de mandos de la nave de Matrix, y en cuanto ve esto reconoce cabeza, orejas, pies, manos, etc. Se pondrá a tomar medidas como loco, utilizando un equipo médico con pantalla, ratón, teclado con mil botones y mando de la Wii incorporados. Aunque te entren ganas de toquetear, no le pidas que te deje el mando un rato que dirá que no. El trabajo de este médico se realiza a oscuras, lo que le da un áurea de intriga y misterio al asunto, y aunque sean las 11 y media y haga un día soleado ellos trabajan a oscuras para poder ver bien la pantalla. Vamos que con unas velas y una bola de cristal te podrían echar las cartas de paso.

Estos profesionales de la medicina suelen ser personas a las que de vez en cuando les toca dar una mala noticia (no siempre las cosas salen como queremos), y sobre todo que tienen que estar contestando todos los días a padres novatos cosas como que todavía no pueden ver el sexo del ñiño/a porque mide 5 centímetros, así que no te extrañe si es algo distante. Piensa que  no es nada personal  contra tu hijo (ya tendrás tiempo de defenderle). Lo mejor es esperar a que termine con sus mediciones y cálculos para que el os cuente todo, no seais el ansia viva por preguntar. Os dirá si efectivamente el embarazo ha seguido adelante, la colocación del embrión (que si todo va bien será el útero, si es un embarazo ectópico hay problemas), el día de la concepción, del futuro nacimiento y sobre todo si vas a tener uno, dos, tres o mas bebes. No vayas pensando el nombre que le vas a poner ni le compres todavía el traje de tu equipo de fútbol o el maillot de ballet ya que aún es pronto para saber el sexo de la criatura, para eso hay que esperar a la segunda eco, a veces a la tercera y otras hasta que tenga 15 años y lo exprese al conjunto de la humanidad.

De todo lo que os cuente el médico lo mas importante para ti como futuro padre es, si todo va bien, el número de bebés que esperáis, ya que va a condicionar que una vez que nazca el bebé tu vida sea cansada, duermas poco y habitualmente tengas tensiones con tu pareja (un bebe), que tengáis los nervios como escarpias y no durmais en los próximos dos años nada de nada (gemelos), o que directamente tengas que asomarte un día a la ventana y dispares una bengala para que te vengan a rescatar en helicoptero tipo Vietnam y desaparezcas de tu casa para siempre (trillizos). Si se diera la posibilidad de que en la eco aparezcan 4 o más futuros bebés busca la ventana mas cercana, ábrela  y no dudes en saltar, aunque te apetezca mucho ser padre esta opción es más recomendable.

Y ahora, si todo está en su sitio (y no te has tirado por la ventana) ya puedes contárselo a todo el mundo. No esperes a llegar a casa, te sugiero que los primeros a los que se lo cuentes sean los futuros papás que esperan fuera de la consulta, ya que van a ser los que mejor entiendan vuestra alegría.